El desprendimiento del noray número 6, dentro del muelle Alfonso XIII del puerto de Cádiz donde habitualmente atracan cruceros de gran envergadura – como ocurría este martes, en torno a las 15:30 horas – no ha hecho más que confirmar el mal estado en el que se encuentran muchos de estos elementos de amarre en el enclave gaditano.
Afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales pero supone un serio aviso a navegantes, ya que podría haber puesto en claro peligro al trabajador de turno encargado de la operativa de atraque programada del MSC Orchestra.
Coordinadora TPA espera que este incidente, saldado sin daños personales, al menos sirva para que desde la Autoridad Portuaria tengan en cuenta que estos bolardos necesitan un mantenimiento continuo y, en muchos casos, su reparación o sustitución, dado que este episodio podría darse con facilidad en más ocasiones, a tenor del lamentable estado que presentan la mayoría de ellos. De hecho, esta organización elaborará un informe que posteriormente remitirá a la institución portuaria, ya que en ese mismo muelle, del 4 al 45, todos se encuentran en la misma situación lamentable que el 6, que se ha llevado consigo parte del cantil. Sólo se salvan los correspondientes a los números 5, 7, 25 y 32, y porque han sido sustituidos recientemente, en un periodo ligeramente superior a un año, al protagonizar hechos similares. Se da la circunstancia de que en concreto el número 25, en el muelle de Marqués de Comilla, era tal la situación de deterioro, que el bolardo fue arrancado (como se puede comprobar en la imagen de debajo de estas líneas) y quedó sujeto al cabo del Oasis of the Seas, paradójicamente, el crucero más grande del mundo.
Este deterioro se repite, además, en noráis y el cantil de otros muelles como el Reina Sofía, Ciudad o Reina Victoria.
En el seno de este sindicato llama la atención que se destinen más de 240.000 euros en un mural, obra del artista santanderino ‘Okuda’ San Miguel, simplemente para dar la bienvenida a los cruceristas y, sin embargo, no se vele por la seguridad de los trabajadores portuarios que a diario se encargan de mantener la actividad frenética en el puerto gaditano.